El flamenco hoy, es un género musical español que se basa en el baile, el cante y la guitarra. Además de estos elementos, hay otros objetos que son importantes para el flamenco, como:
- Las castañuelas, que son un instrumento de percusión hecho de madera que se toca con las manos y que produce un sonido característico.
- El cajón, que es un instrumento de percusión idiófono que consiste en una caja de madera con un agujero en la parte trasera y que se toca con las manos o con baquetas.
- Las palmas, que son el aplauso rítmico que acompaña al cante y al baile y que puede ser sordo o sonoro según la forma de juntar las manos.
- El abanico, que es un complemento del baile que se usa para expresar sentimientos, crear efectos visuales y marcar el compás.
El origen del abanico es muy antiguo y variado. Se cree que se originó en el imperio egipcio como un objeto ceremonial y de autoridad. El abanico plegable, como lo conocemos hoy, se inventó en Corea en el siglo X y llegó a Europa en el siglo XIV. El abanico ha sido un complemento de la mujer, un medio de comunicación, un signo de ostentación y una obra de arte.
Un abanico flamenco es un accesorio que se compone de tres partes principales: las varillas, el clavijo y el país. Las varillas son las tiras rígidas que forman el esqueleto plegable del abanico, y pueden ser de madera, plástico, nácar u otros materiales. El clavijo es el eje que une las varillas y permite su apertura y cierre. El país es la tela o el papel que cubre las varillas y que puede tener diferentes colores, diseños y adornos.
Para hacer un abanico flamenco, se necesita cortar las varillas según el tamaño y la forma deseada, perforarlas en el extremo para insertar el clavijo, y pegar o coser el país sobre las varillas. También se puede decorar el abanico con encajes, bordados, pinturas o lentejuelas.
El abanico es tocado de uso general por la mujer andaluza tanto en su vida cotidiana como para lucirse en fiestas y eventos que se celebran con nuestras tradiciones. La mujer, en incluso a veces el hombre, luce con gracia este complemento de forma combinada con el resto de su vestimenta y a la vez le ayuda a soportar las temperaturas con el frescor que provoca la corriente de aire de la agitación de movimiento de la muñeca.
El lenguaje del abanico es un método de comunicación gestual que usaban las mujeres para enviar mensajes sin palabras, especialmente a sus pretendientes. Según la posición, el movimiento o el número de varillas que se mostraban, el abanico podía expresar diferentes sentimientos, deseos o intenciones. Por ejemplo:
- Abanicarse lentamente: No me interesa.
- Abanicarse rápidamente: Me gustas mucho.
- Cerrar el abanico sobre la mejilla: Sí.
- Cerrar el abanico sobre la oreja: No.
- Abrir y cerrar el abanico: Estoy indecisa.
- Cubrirse la cara con el abanico abierto: Te quiero.
- Apoyar el abanico en los labios: Bésame.
Una de las colecciones permanentes que se encuentran en el Alcázar de Sevilla desde el año 1997 es la de antiguos abanicos, tanto europeos como orientales que fueran donados a la ciudad por Da. Gloria Trueba Gómez considerada una importante coleccionista privada, los que se lucen en unas cinco vitrinas especiales construidas al efecto con los estantes tapizados en color crema. Entre los bellísimos y raros ejemplares de los siglos XIX y XX que allí se encuentran se destaca el de nácar y seda que conmemora la boda entre “Alfonso XII y Ma. Cristina Habsburgo Lorena” que se encuentra en el último estante a la izquierda de la vitrina. También los de plumas blancas y carey, los calados de nácar y los de seda pintada a mano con diferentes representaciones de época.
El abanico es un elemento que forma parte de nuestro patrimonio y acompaña nuestras vidas embelleciendo con su agitar lo momentos de día a día de nuestra querida Andalucía.
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